
En España hay muchas personas que viven día a día la “ausencia de hogar”, porque no tienen acceso a una vivienda digna, porque la vivienda que tienen no se puede considerar como tal, o porque dependen de centros de acogida, públicos o privados, para poder dormir, alimentarse, asearse, formarse u ocuparse laboralmente, y porque finalmente los “últimos de los últimos” viven en la calle sin techo y sin hogar.
El curso pasado, decidimos hace un proyecto de investigación abordando la problemática del aumento de personas que se han quedado sin hogar debido a la crisis económica actual. Para ello nos basamos en un estudio realizado por el INE a los centros dedicados a acoger a las personas sin hogar; entre otras variables, analizamos si se había dado un aumento de las ayudas, los recursos y las prestaciones en el año 2008 (en comparación con el 2006) para comprobar si la crisis económica ha supuesto un cambio en la atención a estas personas, por parte de dichos centros. Creyendo que este problema de los “sin techo” supone un grave problema social que puede conllevar un ascenso en la franja de desigualdad y exclusión social.
Una vez analizados los datos proporcionados por el INE, concluimos que todos estos datos que hacen referencia a la situación de las Comunidades Autónomas, y que en el año 2008 ha aumentado el número de centros en todas las Comunidades Autónomas Españolas, y los servicios que más se han prestado han sido los de información y acogida, restauración, alojamiento y orientación sin distinción entre comunidades.
Siendo interesante destacar que en la mayor parte de los centros existentes en las Comunidades Autónomas Españolas, no existe un servicio de seguridad, dándose unas diferencias muy destacables entre este número de centros que no posee el servicio y los que sí lo poseen. Por último con respecto a la financiación por Comunidades Autónomas, sigue proviniendo mayoritariamente de la administración pública.
Aun así, existe una red que es insuficiente, que está mal dotada, y que cubre mayoritariamente aspectos mínimos de subsistencia (alojamiento nocturno, sin camas de enfermería, etc.) y sin contemplar otras necesidades humanas, pero poco a poco se es más consciente de este colectivo y de su situación, pues los datos demuestran que se está llevando a cabo una inversión mayor por parte del estado, a pesar de que estos sigan siendo invisibles para los ojos de la sociedad debido a la normalización que se hace de su situación, con lo que sería necesario hacer más partícipe a la sociedad de cómo se encuentran a través de campañas formativas. Hay que implicar al resto de personas.
El curso pasado, decidimos hace un proyecto de investigación abordando la problemática del aumento de personas que se han quedado sin hogar debido a la crisis económica actual. Para ello nos basamos en un estudio realizado por el INE a los centros dedicados a acoger a las personas sin hogar; entre otras variables, analizamos si se había dado un aumento de las ayudas, los recursos y las prestaciones en el año 2008 (en comparación con el 2006) para comprobar si la crisis económica ha supuesto un cambio en la atención a estas personas, por parte de dichos centros. Creyendo que este problema de los “sin techo” supone un grave problema social que puede conllevar un ascenso en la franja de desigualdad y exclusión social.
Una vez analizados los datos proporcionados por el INE, concluimos que todos estos datos que hacen referencia a la situación de las Comunidades Autónomas, y que en el año 2008 ha aumentado el número de centros en todas las Comunidades Autónomas Españolas, y los servicios que más se han prestado han sido los de información y acogida, restauración, alojamiento y orientación sin distinción entre comunidades.
Siendo interesante destacar que en la mayor parte de los centros existentes en las Comunidades Autónomas Españolas, no existe un servicio de seguridad, dándose unas diferencias muy destacables entre este número de centros que no posee el servicio y los que sí lo poseen. Por último con respecto a la financiación por Comunidades Autónomas, sigue proviniendo mayoritariamente de la administración pública.
Aun así, existe una red que es insuficiente, que está mal dotada, y que cubre mayoritariamente aspectos mínimos de subsistencia (alojamiento nocturno, sin camas de enfermería, etc.) y sin contemplar otras necesidades humanas, pero poco a poco se es más consciente de este colectivo y de su situación, pues los datos demuestran que se está llevando a cabo una inversión mayor por parte del estado, a pesar de que estos sigan siendo invisibles para los ojos de la sociedad debido a la normalización que se hace de su situación, con lo que sería necesario hacer más partícipe a la sociedad de cómo se encuentran a través de campañas formativas. Hay que implicar al resto de personas.
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