El grupo de esta semana ha explicado el colectivo de drogodependencia en el ámbito de la cárcel, a través de una original dinámica: un programa de radio a través del cual han ido explicado una serie de aspectos a tener en cuenta de este colectivo, así como la posibilidad de escuchar testimonios de personas que han pasado por esta situación.
Nos encontramos con un colectivo que padecen exclusión, son estigmatizados por la situación que han vivido, prohibiéndoles a la mayor parte la posibilidad de seguir adelante, de avanzar. Ante este problema FADAIS, les ofrece la oportunidad de cambiar su situación.
Son personas que se caracterizan por falta de autonomía, tienen un clima afectivo bajo, se caracterizan por tener un nivel medio bajo, un insuficiente conocimiento de las drogas, pues no tienen conciencia de que les provoca lo que consumen (muchos desconocen que el origen de su llegada a la cárcel sea propiciado por esto), además comienzan el consumo en la adolescencia, bien por repetición de otros patrones o por inhibición.
Las consecuencias psicosociales (una vez que han entrado en la cárcel), son importantes, ya que su vida da un giro de 360º, deja de ser la vida “normal” que tenían, el control ejercido por parte de las instituciones influye de manera muy negativa, ya que una vez que salen no saben cómo actuar, sienten ansiedad, pierden el autocontrol, falta de sentido de la responsabilidad, no saben cómo retomar, iniciar o mantener una relación, etc.
En la cárcel, existe tanto la posibilidad del tráfico como el consumo de drogas. En cuanto al consumo podemos decir que más del 50% de la población reclusa es drogodependiente antes de entrar, la abstinencia que supuestamente se produce en el interior, les genera grandes problemas (sobre todo de índole sanitario, pero también psicológicos). A pesar del control que se da en este entorno, existe el tráfico de drogas, es introducida por cualquier persona, tanto un familiar como un profesional del centro penitenciario; este tráfico, provoca grandes conflictos e infracciones interdisciplinarias, pues la droga es poder y todos hacen lo posible para tenerla o estar cerca de aquellos que la poseen. Fanny, una de los usuarios del centro FADAIS, nos explica que es un elemento muy poderoso que hace a la mayor parte de las personas que se encuentran en la cárcel hacer lo que sea por tenerla o por tener el favor de esa persona.
La Fundación para la Atención e Incorporación Social (FADAIS) es una organización pública de la Junta de Andalucía, que atiende a las líneas de actuación encomendadas por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social. La Fundación tiene como objeto la gestión de Programas y Centros que, con carácter general, presten atención a personas afectadas por las drogodependencias y adicciones y a otros colectivos desfavorecidos socialmente o en riesgo de exclusión social, el apoyo a su integración sociolaboral, así como la mejora de su calidad de vida.
El perfil que atiende es el de hombres y mujeres, menores y adulto/as que presenten cualquier conducta adictiva.
En estos centros se facilita un tratamiento integral (médico, psicológico, socioeducativo, etc.), siguiendo una serie de principios básicos, como son la gratuidad de la asistencia, la igualdad, confidencialidad, individualidad, complementariedad, participación, etc. Todos disponen de normativa de Régimen Interno, libro de hojas de reclamaciones y buzón de sugerencias.
El ingreso en estos centros se realiza por derivación de los Centros de Tratamiento Ambulatorios públicos y concertados de la red andaluza para la atención a las drogodependencias y adicciones, y por el centro penitenciario la Rivera
En los centros se realizan actividades: psicológicas, sanitarias, educativas, de tiempo libre y de incorporación social.
Los equipos están compuestos por: psicólogos/as, médicos/as, DUE, educador/a, trabajador@ social, maestro/a taller, monitores/as animadores, personal de administración y mantenimiento.
El centro mantiene un convenio con la cárcel La Rivera de la provincia de Huelva, muchos presos son derivados de la cárcel al centro bien por orden judicial o propia para ser tratados al mismo tiempo que se va cumpliendo la condena, o para evitar la prisión, estos usuarios no tienen conciencia del problema que realmente tienen, con lo que suelen tener un tratamiento más complejo y problemático.
Todos los usuarios del centro proceden de una situación distinta, pero al fin y al cabo todos tienen un problema común, las adicciones. El procedimiento para los usuarios es el mismo, tanto para el que procede de la calle como para el que se deriva del centro penitenciario, pero tienen un límite para estos, no aceptan más de 6 ó 7 usuarios procedentes de la cárcel, ya que pueden venir de módulos distintos al terapéutico (está destinado a trabajar el problema que tienen los penitenciarios con las adicciones, quieren modificar su situación, cambiar todo lo que les rodea), lo que puede contaminar al grupo.
Podemos observar como en este ámbito el educador social está muy presente, siendo su labor muy importante, pues desarrolla funciones de tratamiento, personalizan la atención, orientan tanto de forma personal como profesional, asesoran de forma psicológica y pedagógica, llevan a cabo evaluación de programas, entre otras funciones.
El educador participa como técnico del medio, para una buena actuación debe ser comunicativo, relacional, reflexivo, etc., este forma parte del equipo interdisciplinar; podemos decir que es la columna vertebral de la dinámica del centro, para ello debe tener una gran capacidad de adaptación y flexibilidad, pues tiene que moldearse a las usuarios que componen el centro, además, cada semana el centro cambia, pues además de llevar a cabo actividades distintas, los usuarios salen y entran nuevos, cambiando la dinámica del mismo.
En cuanto a los testimonios de los tres usuarios del centro, han sido muy interesantes a través de sus aportaciones podemos observar como el centro les ha cambiado la vida, les ha dado la posibilidad de cambiar, la oportunidad que tanto anhelaban en la cárcel y que este les ha proporcionado. Nos transmiten lo tranquilos y sobre todo lo que aprenden en el centro, tanto a nivel profesional como personal, les ofrecen la posibilidad de luchar, de cruzar la línea.
Esta exposición me ha enseñado que tenemos que ser positivos, estar motivados, creer que es posible un cambio, para ello hemos de trabajar duro para que las cosas sigan un curso mejor, pues los poderes públicos ofrecen palabras acertadas pero vacías, ya que no llevan a cabo las prácticas a las cuales se comprometen, por ello debemos movilizarnos, y ser constantes con nuestra actuación, pues algún día vislumbraremos un cambio.
Nos encontramos con un colectivo que padecen exclusión, son estigmatizados por la situación que han vivido, prohibiéndoles a la mayor parte la posibilidad de seguir adelante, de avanzar. Ante este problema FADAIS, les ofrece la oportunidad de cambiar su situación.
Son personas que se caracterizan por falta de autonomía, tienen un clima afectivo bajo, se caracterizan por tener un nivel medio bajo, un insuficiente conocimiento de las drogas, pues no tienen conciencia de que les provoca lo que consumen (muchos desconocen que el origen de su llegada a la cárcel sea propiciado por esto), además comienzan el consumo en la adolescencia, bien por repetición de otros patrones o por inhibición.
Las consecuencias psicosociales (una vez que han entrado en la cárcel), son importantes, ya que su vida da un giro de 360º, deja de ser la vida “normal” que tenían, el control ejercido por parte de las instituciones influye de manera muy negativa, ya que una vez que salen no saben cómo actuar, sienten ansiedad, pierden el autocontrol, falta de sentido de la responsabilidad, no saben cómo retomar, iniciar o mantener una relación, etc.
En la cárcel, existe tanto la posibilidad del tráfico como el consumo de drogas. En cuanto al consumo podemos decir que más del 50% de la población reclusa es drogodependiente antes de entrar, la abstinencia que supuestamente se produce en el interior, les genera grandes problemas (sobre todo de índole sanitario, pero también psicológicos). A pesar del control que se da en este entorno, existe el tráfico de drogas, es introducida por cualquier persona, tanto un familiar como un profesional del centro penitenciario; este tráfico, provoca grandes conflictos e infracciones interdisciplinarias, pues la droga es poder y todos hacen lo posible para tenerla o estar cerca de aquellos que la poseen. Fanny, una de los usuarios del centro FADAIS, nos explica que es un elemento muy poderoso que hace a la mayor parte de las personas que se encuentran en la cárcel hacer lo que sea por tenerla o por tener el favor de esa persona.
La Fundación para la Atención e Incorporación Social (FADAIS) es una organización pública de la Junta de Andalucía, que atiende a las líneas de actuación encomendadas por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social. La Fundación tiene como objeto la gestión de Programas y Centros que, con carácter general, presten atención a personas afectadas por las drogodependencias y adicciones y a otros colectivos desfavorecidos socialmente o en riesgo de exclusión social, el apoyo a su integración sociolaboral, así como la mejora de su calidad de vida.
El perfil que atiende es el de hombres y mujeres, menores y adulto/as que presenten cualquier conducta adictiva.
En estos centros se facilita un tratamiento integral (médico, psicológico, socioeducativo, etc.), siguiendo una serie de principios básicos, como son la gratuidad de la asistencia, la igualdad, confidencialidad, individualidad, complementariedad, participación, etc. Todos disponen de normativa de Régimen Interno, libro de hojas de reclamaciones y buzón de sugerencias.
El ingreso en estos centros se realiza por derivación de los Centros de Tratamiento Ambulatorios públicos y concertados de la red andaluza para la atención a las drogodependencias y adicciones, y por el centro penitenciario la Rivera
En los centros se realizan actividades: psicológicas, sanitarias, educativas, de tiempo libre y de incorporación social.
Los equipos están compuestos por: psicólogos/as, médicos/as, DUE, educador/a, trabajador@ social, maestro/a taller, monitores/as animadores, personal de administración y mantenimiento.
El centro mantiene un convenio con la cárcel La Rivera de la provincia de Huelva, muchos presos son derivados de la cárcel al centro bien por orden judicial o propia para ser tratados al mismo tiempo que se va cumpliendo la condena, o para evitar la prisión, estos usuarios no tienen conciencia del problema que realmente tienen, con lo que suelen tener un tratamiento más complejo y problemático.
Todos los usuarios del centro proceden de una situación distinta, pero al fin y al cabo todos tienen un problema común, las adicciones. El procedimiento para los usuarios es el mismo, tanto para el que procede de la calle como para el que se deriva del centro penitenciario, pero tienen un límite para estos, no aceptan más de 6 ó 7 usuarios procedentes de la cárcel, ya que pueden venir de módulos distintos al terapéutico (está destinado a trabajar el problema que tienen los penitenciarios con las adicciones, quieren modificar su situación, cambiar todo lo que les rodea), lo que puede contaminar al grupo.
Podemos observar como en este ámbito el educador social está muy presente, siendo su labor muy importante, pues desarrolla funciones de tratamiento, personalizan la atención, orientan tanto de forma personal como profesional, asesoran de forma psicológica y pedagógica, llevan a cabo evaluación de programas, entre otras funciones.
El educador participa como técnico del medio, para una buena actuación debe ser comunicativo, relacional, reflexivo, etc., este forma parte del equipo interdisciplinar; podemos decir que es la columna vertebral de la dinámica del centro, para ello debe tener una gran capacidad de adaptación y flexibilidad, pues tiene que moldearse a las usuarios que componen el centro, además, cada semana el centro cambia, pues además de llevar a cabo actividades distintas, los usuarios salen y entran nuevos, cambiando la dinámica del mismo.
En cuanto a los testimonios de los tres usuarios del centro, han sido muy interesantes a través de sus aportaciones podemos observar como el centro les ha cambiado la vida, les ha dado la posibilidad de cambiar, la oportunidad que tanto anhelaban en la cárcel y que este les ha proporcionado. Nos transmiten lo tranquilos y sobre todo lo que aprenden en el centro, tanto a nivel profesional como personal, les ofrecen la posibilidad de luchar, de cruzar la línea.
Esta exposición me ha enseñado que tenemos que ser positivos, estar motivados, creer que es posible un cambio, para ello hemos de trabajar duro para que las cosas sigan un curso mejor, pues los poderes públicos ofrecen palabras acertadas pero vacías, ya que no llevan a cabo las prácticas a las cuales se comprometen, por ello debemos movilizarnos, y ser constantes con nuestra actuación, pues algún día vislumbraremos un cambio.
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